Además, el microácaro no produce ningún tipo de tela, la cual sirve muchas veces de señal para darnos cuenta de que tenemos araña roja. Incluso con una herramienta adecuada es muy difícil conseguir verlos, ya que se mueven muy rápido. El color de este pequeño ácaro está entre el blanco translúcido y el amarillento, pudiendo tener en ocasiones otras tonalidades.
Si los microácaros se han convertido en la pesadilla de tu existencia como cultivador de cannabis, este artículo te explicará qué son y cómo solucionar el problema.
Ciclo biológico
Su ciclo de vida presenta 4 estados: huevo, larva, “pupa larval” y adulto.
El inicio del ciclo de vida comienza con hembras que han conseguido alcanzar el cultivo. Estas hembras viven unos 12 días, durante los que realizan la puesta de unos 26 huevos, si las condiciones le son favorables. En condiciones óptimas de desarrollo, las hembras pueden llegar a poner hasta 7 huevos diarios. Los huevos eclosionan tras 2-3 días de incubación, apareciendo entonces las primeras larvas. La larva no pasa a ninfa, sino que en el interior de sus tegumentos larvales ocurre la metamorfosis directa de larva a adulto. Esta ligera pausa en el desarrollo larval se conoce como larva inactiva o pupa larval.
Los machos aparecen un poco antes que las hembras. Su comportamiento inmediato tras la eclosión es un tanto singular; después de recoger con sus pinzas a “pupas larvales” que darán lugar a hembras, las fija con la papila genital y las transporta. Este sistema de transporte es por tanto el que origina la primera dispersión de la plaga en las plantas. A partir de aquí la plaga coloniza las plantas, se reproduce y origina poblaciones que pueden ocasionar serios daños a los cultivos, especialmente en los primeros estadios de desarrollo de éstos. El número de generaciones que pueden desarrollarse es directamente dependiente de las condiciones climáticas y alimenticias, sucediéndose de forma continua si éstas le son favorables.
Control y prevención del micro-ácaro en la marihuana
Para controlar el ataque de estos fatídicos insectos se deben tener una serie de parámetros en cuenta y que diferenciaremos según el tipo de ácaro que nos haya invadido el cultivo. En muchos casos, existen remedios pero si los síntomas están muy avanzados, es probable que no quede más remedio que tirar las plantas, limpiar a fondo el espacio de cultivo y empezar de nuevo.
Para ácaros eriófidos:
Para erradicar el ácaro de la vid se pueden utilizar predadores biológicos muy eficaces como Typhlodromus pyri, Typhlodromus phialatus o Kampinodromus aberrans. Si se utilizan productos fitosanitarios complementarios, es necesario comprobar que no afecten a los predadores biológicos beneficiosos.
Control químico: Para los tratamientos químicos están considerados los siguientes principios activos:
- Bifentrin
- Acrinatrin
- Azadiractina
- Piridaben
- Azufre
- Azocicloestan
- Fenbutestan
- Hexitiazox (tiazolidina)
- Fenpiroximato(fenoxipiridazol)
- Flufenoxuron(urea)
- Piridaben
- Propargita
- Spirodiclofen
- Abamectina
Control biológico de ácaros tarsonémidos:
Se pueden usar ácaros Amblyseius swirskii y Amblyseius californicus muy efectivos en el control de esta plaga y la de otros ácaros, sobre todo, en condiciones de temperaturas altas y humedad baja.
Control químico: Para los tratamientos químicos se pueden usar estos principios activos:
- Azufre
- Dicofol
- Endosulfán
- Fenbutestán
- Hexitiazox
Algunos consejos a nivel preventivo para evitar sorpresas desagradables
- Poner en cuarentena los clones nuevos.
- No utilizar la misma ropa para visitar diferentes cultivos.
Hay que evitar contaminar los cultivos. Si visitas un cultivo infectado por cualquier tipo de plaga es conveniente que laves tu cuerpo y tu cabello, y que te cambies de ropa antes de visitar otro cultivo.
Si no tienes en cuenta estas medidas preventivas, te expones a riesgos innecesarios que podrían provocar la contaminación de tu cultivo.
La medida preventiva más eficaz para evitar los micro-ácaros es mantener lo más limpio posible el espacio de cultivo, realizando limpiezas exhaustivas de forma periódica. Hay que evitar la presencia de restos vegetales y mantener un clima estable y adecuado a las necesidades del cultivo, lo que ayuda a reducir la siempre latente posibilidad de que aparezca algún tipo de plaga.